La mañana tenía un papel central en la vida religiosa del Antiguo Egipto.
Los faraones, sacerdotes y la élite iniciaban el día temprano con rituales de purificación y ofrendas a los dioses, en especial a Ra, dios del sol y creador del universo.
Lo primero que hacían era lavarse con agua de fuentes puras, limpiando las manos, la boca y los pies.
Después de purificarse, encendían incienso para limpiar también los espacios de impurezas. Creían que el humo simbolizaba el ascenso de sus plegarias hacia el cielo.
Una vez terminado el ritual, salían a caminar para inspeccionar obras y cultivos.
El fin de estas rutinas durante la mañana era mantener el orden cósmico o Ma’at, es decir, no solo la armonía de la vida diaria de las personas, sino también el funcionamiento del cosmos entero.
El disco “Configuraciones para estar y para desaparecer” de Amnios Astra se puede escuchar en youtube, bandcamp, tidal, spotify.