07:55 a.m.
amanece 07:55 un lunes 21 de junio de 2025 en Buenos Aires.
Pocos sonidos son tan evocativos de su paisaje como el ruido de las olas. El mar durante la mañana suele estar más calmo, produciendo un murmullo suave, continuo.
En el sintoísmo japonés, la contemplación del mar al salir el sol tiene un valor ritual: es el momento en que la energía vital del día se renueva.
En poéticas africanas del oeste, las olas del amanecer son metáfora del retorno de los espíritus y la memoria.
Está comprobado que el sonido de las olas estimula del sistema nervioso parasimpático que regula la sensación de relajación y está asociado con el aumento de ondas cerebrales alfa, propias de estados meditativos
En prácticas de yoga nidra, se recomienda escuchar grabaciones de mar porque replican el sonido del útero: un ritmo constante, envolvente, familiar.
Hay una cantidad casi infinita de videos con olas de mar en youtube, a mí me gustan las que suenan calmas y cortas de frecuencias agudas.
Este fue el envío número 52 de “ a.m. “.


